La ofensiva de los Mets de Nueva York volvió a quedarse corta el lunes en una derrota por 3-2 frente a los Bravos de Atlanta, marcando la novena caída en los últimos 10 partidos y profundizando el bache de un equipo que hace apenas dos semanas lideraba su división con comodidad.
Juan Soto, uno de los pocos puntos brillantes del club durante este tramo oscuro, expresó calma dentro del clubhouse tras el partido.
“Habrá altibajos en una temporada. Las cosas pasan”, comentó Soto. “Creo que estos muchachos están haciendo todo lo posible para salir adelante. Como equipo, intentamos superar las situaciones importantes”.
Soto, consistente en su producción, volvió a responder con el bate, conectando un jonrón de dos carreras en la sexta entrada que acercó a los Mets a una sola anotación. En junio, su línea ofensiva de .324/.484/.704 con OPS de 1.188, ocho jonrones y 16 remolcadas en 21 juegos, reafirma su estatus como uno de los bateadores más peligrosos de las Grandes Ligas.
Aun así, el jardinero estrella no pudo capitalizar una oportunidad clave en la octava entrada: con dos corredores en base y dos outs, se ponchó en conteo completo ante Dylan Lee. Soto reconoció el mérito del lanzador:
“Hizo muy buenos lanzamientos en las esquinas. Simplemente no pude pasar. En el último, hizo uno muy bueno y me atrapó justo ahí”.
Más allá del resultado individual, el verdadero problema de los Mets ha sido colectivo. Como señaló Jorge Castillo de ESPN, el equipo ha anotado solo 19 carreras en sus últimas nueve derrotas, un promedio alarmantemente bajo. El lunes, los bateadores del cuarto al octavo puesto se fueron de 18-0 con cinco ponches, una actuación que refleja la falta de profundidad ofensiva en momentos críticos.
Además, los Bravos de Atlanta, que llegaron con marca de 36-41, tienen récord perfecto de 4-0 contra los Mets esta temporada, y aún quedan tres juegos más de la serie en el Citi Field esta semana. A este ritmo, surgen dudas legítimas sobre si los Mets podrán mantenerse en zona de clasificación para el comodín cuando llegue el 1 de julio.
La situación es preocupante, pero no definitiva. Con un Soto encendido, una rotación con talento y tiempo aún en el calendario, los Mets tienen los recursos para enderezar el rumbo. Pero la urgencia es real. Y si el resto del lineup no despierta pronto, ni siquiera una superestrella como Soto podrá evitar que la temporada se les escape entre los dedos.